Cacahuates japoneses: ¿japoneses o mexicanos?

En México los cacahuates japoneses son una botana muy conocida y que para nuestra generación, han existido toda nuestra vida. Además, ese sabor que agrega la cubierta crujiente hace que sea una de las botanas favoritas de todos los mexicanos, pero ¿te habías preguntado porque esta botana lleva el gentilicio del país oriental? ¿Será acaso que esta botana tiene su origen en el país asiático? ¡Acompáñanos a conocer la historia de esta sabrosa botana!

Como en ocasiones anteriores, tenemos que empezar con algo de historia. A finales del Siglo XIX, después de la liberación de la gran mayoría de colonias europeas en América, y después de que Japón pasara por el periodo conocido como “Restauración Meiji”, nos encontramos con que Japón se encontraba en condiciones similares a los nuevos países americanos: un país con un gobierno relativamente nuevo, y con la libertad, privada hasta unos años antes (por un lado por los colonizadores europeos, por el otro por el Shogunato Tokugawa), de poder establecer conexiones con el resto del mundo. De esta manera, Japon y Mexico firman el 30 de noviembre de 1888 el “Tratado de Amistad, Comercio y Navegación”, el cual sentaría las bases para la historia que viene a continuación.

Una de las consecuencias de la firma de dicho tratado fue la inmigración que hubo de Japón hacia México, iniciando con agricultores japoneses llegados a Chiapas en 1897, y extendiéndose por gran parte de la primera mitad del Siglo XX. Uno de tantos inmigrantes llegados en esta época fue Yoshigei Nakatani, un ciudadano japones de 22 años quien llegó a México en 1932 como empleado de las tiendas departamentales “el nuevo Japón” (una especie de Liverpool o Palacio de Hierro de la época).

Imagen 1 – Ficha de inmigración de Yoshigei Nakatani

Nakatani, como todos los inmigrantes japoneses que trabajaban en “el nuevo Japón”, vivía en el barrio de la Merced en la ciudad de México. Fue en dicha colonia donde Nakatani conocería a quien se convertiría en su esposa, Emma Ávila, una chica mexicana de clase media sin mucha historia hasta antes de conocer a Nakatani. Nakatani y Ávila contraerían matrimonio en 1935.

Imagen 2: Yoshigei Nakatani y Emma Avila (fecha desconocida)

Sin embargo, no todo era miel sobre hojuelas para los inmigrantes japoneses en México. En 1941 Japón y Estados Unidos se declaran la guerra, entrando formalmente a la Segunda Guerra Mundial, y México como socio importante del gigante norteamericano, decidió concentrar a todos los japoneses en suelo mexicano en las ciudades de Guadalajara y ciudad de México. Muchos de los establecimientos dueños de japoneses fueron clausurados (incluyendo “el nuevo Japón”), y para 1942, una gran cantidad de ciudadanos japoneses fueron “intercambiados” por ciudadanos mexicanos y norteamericanos con Japón. Nakatani, quien contaba con esposa y 5 hijos, decidió quedarse en suelo mexicano.

Hacia 1943, Nakatani se encontraba desempleado y con una familia que mantener, por lo que decidió hacer uso de su experiencia adquirida en Japón. Antes de emigrar a México, Nakatani trabajó en una fábrica de dulces en su natal Sumotoshi (en la prefectura de Hyogo), fabricando mamekashi (semillas, frijoles o chicharos cubiertos de harina condimentada con salsa de soya. De esta manera, Nakatani junto a su esposa Emma, en su domicilio de la Merced, empezaron fabricando muegano (un dulce tradicional mexicano). Afortunadamente el matrimonio tuvo tanto éxito en la venta de golosinas, lo que tiempo después le permitió diversificar su mercado a otras botanas y fue así como Nakatani decidió experimentar con una botana a base de cacahuate, mezclando la receta que trajo de su natal Japón: cobertura de harina mezclada con salsa de soya. La nueva botana fue recogida con tal éxito, que tiempo después la familia Nakatani tuvo que adquirir maquinaria para poder empezar a producir el cacahuate a escala. Se dice que, en el barrio de la Merced, se popularizó la frase “vamos por cacahuate con el japones”, frase que heredó el nombre al producto. En la década de 1950, Nakatani decidió establecer la marca “cacahuate nipon”, como homenaje a su país natal.

Imagen 3 – primer empaque de “cacahuate nipon”

A partir de 1960, la empresa familiar tuvo tanto éxito, que se estableció como compañía de consumo. Para 1970 establecieron una planta industrial (dejando atrás su lugar de nacimiento en el barrio de la Merced), y en la década de los 80s, a pesar de una profunda crisis económica en México y el surgimiento de recetas similares por parte de transnacionales, la compañía de la familia Nakatani logro sobrevivir. En 2017, la Costeña adquirió cacahuates Nipon, sin embargo la marca se sigue comercializando hoy en día.

Imagen 4 – Familia Nakatani (circa 1970)

Yoshigei pudo regresar a su natal Japon en 1970 desde su salida en 1935. Yoshigei falleció el 9 de septiembre de 1992, y su esposa Emma dos años después, sin embargo su legado lo llevamos millones de mexicanos cada vez que degustamos esta sabrosa botana japo-mexicana.

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